Preguntas frecuentes

¿Qué es el Tax Lease Cultural?

El Tax Lease Cultural es un instrumento fiscal que permite a empresas obtener beneficios fiscales al financiar proyectos culturales, a través de estructuras de leasing o arrendamiento financiero. Está inspirado en esquemas similares del sector audiovisual o naval, y busca fomentar la inversión privada en cultura.

Pueden beneficiarse:

Inversores: Empresas con base imponible positiva que deseen optimizar su fiscalidad mediante deducciones.

Productores culturales: Entidades que desarrollan proyectos culturales susceptibles de acogerse a este régimen, como producciones teatrales, exposiciones, festivales, etc.

Proyectos culturales que cumplan con los requisitos legales, normalmente aquellos que están reconocidos como de interés cultural, ya sea por una administración pública o por cumplir los criterios establecidos en la normativa del Impuesto sobre Sociedades.

La empresa inversora puede obtener:

Deducciones fiscales en su Impuesto sobre Sociedades.

Optimización de su carga fiscal mediante la participación en estructuras que permiten adelantar o maximizar deducciones.

GANESA CULTURAL TAX LEASE, S.L. actúa como entidad gestora y estructuradora de operaciones de tax lease, asesorando tanto a productores como a inversores para garantizar la seguridad jurídica, viabilidad fiscal y rentabilidad de la operación.

Que el proyecto tenga el reconocimiento de interés cultural o cumpla los requisitos para aplicar deducciones por actividades culturales.

Que exista una estructura jurídica adecuada (normalmente una AIE u otra entidad interpuesta).

Que se cumpla con la normativa del Impuesto sobre Sociedades y de la Ley del Impuesto sobre el Valor Añadido.

Que se formalicen los contratos de arrendamiento financiero y cesión de derechos conforme a la ley.

A través de una combinación de:

Contratos de leasing o arrendamiento financiero.

Participación en AIEs u otras estructuras.

Acuerdos entre productores, inversores y gestores de la operación.

Documentación fiscal y legal que garantice la transparencia y trazabilidad.

Suelen estructurarse a lo largo de uno o dos ejercicios fiscales, aunque puede variar según la naturaleza del proyecto y las necesidades del inversor.